Adopciones navideñas

Pues así es. Ayer hice mis "adopciones navideñas".
Los encontré en una esquina, cansados, desnutridos, mirandome con ojitos, discriminados y echados a un rincón. Así que abracé a siete de ellos y me los llevé a casa.
No es un palacio, no es el Princesa, no es una estanteria bonita. Solo es marrón, de madera y está llena de amiguitos con los que jugar.

Mis compras navideñas solidarias:

"La que no tiene nombre" de Jesús Fernández Santos.
"Antología poética" de Francisco Luis Bernardez.
"Antología poética" de Enrique González Martínez.
"La casa de piedra" de Edith Howie.
"Poesías escogidas" de J. Torres Bodet.
"Realidad" de Benito Pérez Galdós.
"La zanja un celo dificilmente azul" de Alfonso Grosso.

Otro día iré por más.

Ako

El invierno...

El invierno traspasa mi cuerpo
y susurra mentiras
a mi huesos inocentes.

El invierno es frío.
Trae rehuma y bufandas multicolores,
manos en los bolsillos que a veces confunde
y acaban en los de otra persona.
El frío trae mantitas a cuadros de franela en casa
mientras la lluvia acosa los cristales.
Hay humedad en el ambiente y el viento siempre me despeina.
El invierno refleja caras borrosas al otro lado de las ventanas.

En la calle, con la humedad y el viento,
sin mantita de franela,
ves como alguien intenta sonreir
mientras tirita graciosamente de frío.

Me encantan los inviernos fríos.

Contaminada.

Soñé
que las sombras
lloraban sombras
y al tocarlas
mi corazón
se podría.

Enciérrame en tus piernas,

Enciérrame en tus piernas,

húndete en mis hombros y arráncame

cicatrices viejas de la espalda.

Ahógate entre mi pelo,

ansioso de tu olor,

y acaríciame con tus dedos de azufre.

Ven y vuelve a inundarlo todo,

a marcar mi piel

como si fuera un trofeo.

Sólo ven y

muérdeme.

Recuerdo tus pies

hoy me siento triste,
cansada, sola,
aplastada y ridícula.



Hoy me siento triste,
recuerdo tus pies,
pero solo estoy herida.

Su voz afilada rozó mi corazón
antes de marcharse.
Decoró el suelo
con sus palabras rojas
y mis últimas heridas.

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Su última voz me rozó
y decoró el suelo
con palabras rasgadas.
Todo mi amor derramado
entre sus pies.