¿Qué trae tu verano debajo del brazo?

Esta pregunta en el blog de un amigo y profesor me ha dado para pensar un rato.

Aquí está mi contestación.


"Mi verano trae un trailer, no exactamente pero casi. Todo lo que llega en estos cortos meses no cabe debajo de un brazo, ni siquiera de muchos de ellos.
Estos días ya llegan con plásticos, con tomates, con camiones, con tractores, con rumanas, con ordenes, con motores y con cabezaditas en el taburete de la cocina provisional. Vienen con perros, conejos, cabras, gallinas, gatos y algunos vecinos del cortijo.

Y para llenar esos huecos también echó el verano en su trailer: zapatos, plantas, primas, libretas, residencias, bolígrafos, trabajos a media jornada, Inglés, lencería, apuntes, sartenes, lavadoras, algunos temas de Historia de España, hospitales, compromisos, jornadas de rol, un móvil que peca de gula y una bolsita de aseo.

Y además, como arena y agua para rellenarlo todo, unas decenas de libros con la letrita tierna y páginas temblorosas, fiesta y feria a finales de agosto, recuperaciones a la semana siguiente, visitas ineludibles, proyectos manuales y quejas, muchas quejas de que nunca dejo tiempo para nadie que no sea yo.

En fin, un verano completito.
Como verás, no hay hueco para la playa. Otro año más, ya van tres.


Además cuento con la inevitable costumbre de que siempre surge algo más."


Pero conforme miraba el mensaje ya publicado en forma de respuesta un tanto larga me he dado cuenta de que quizá por no preocuparlo, quizá por no liarme más, quizá por mi propia salud mental, no he escrito del todo lo que tengo este verano.
Y entre otras cosas hay:
estrés
y
mucha
mucha
mucha
mala leche.

Y así de claro, estoy harta de muchas cosas desde hace bastante tiempo, pero un día por otro, hoy porque no quiero fastidiarle la fiesta a mis amigas, hoy porque es mi fiesta, hoy porque está malo, hoy porque está triste, hoy porque hace sol, hoy porque llueve, hoy porqueporque...

El caso es que ya HOY no aguanto más. Y sé que en caliente todo es peor, y que quizá mañana esto no sea nada pero llevo mucho tiempo con ganas y con excusas.
Pero no más, no más esfuerzos inutiles, no más peleas para poder venir a Almería a disfrutar de ciudad, amigos y novio para encontrarme sólo con disgustos y cabreos y enfados y desagradecidos. Y encima cuando vuelvo al pueblo malas caras por haberme venido.

NO, no me compensa nada en absoluto.

Antes la única ventaja era que en el pueblo no tenia acceso a internet y en Almería si. Y ahora, dificil lo tengo, pero lo tengo mejor que venir a Almería visto lo visto.

Así que, ya os contaré más.